Gerardo Suárez, ingeniero geofísico e investigador emérito de la UNAM, piedra angular en la evolución de la sismología en el País. Crédito: Edgar Medel
Hace cuatro décadas, la intensidad de un sismo en México, más que medirse, se calculaba, como ocurrió el 19 septiembre de 1985, cuando se estimó una magnitud de 7.7 para un terremoto de 8.1.