Los vestigios fueron hallados por un vecino que buscaba ampliar su potrero; se calcula que datan del 900 al 1521 d.C. Crédito: Cortesía INAH
El lugar habría estado bajo dominio del señorío de Metztitlán, hegemónico en la región, estima el arqueólogo Osvaldo José Sterpone, titular del Centro INAH-Hidalgo. Crédito: Cortesía INAH
En el lugar destaca un basamento piramidal de tipo circular, de 3.5 metros de altura, y un juego de pelota que aún permanece cubierto por la vegetación. Crédito: Cortesía INAH