"Queremos que cada votante sepa quién está pagando para que reciba propaganda en línea durante las elecciones" es el lema de la autoridad electoral de Reino Unido (RU). No sólo es el escándalo de Cambridge Analytica lo que despertó la preocupación en RU, sino que en sus elecciones de 2017 el 42.8% del total de gastos en publicidad fue para publicidad en el mundo digital lo cual incide significativamente en el electorado. De ahí que existan en esa nación una serie de objetivos que van desde cambios legislativos para equiparar las disposiciones electorales en el mundo físico para las del mundo virtual hasta compromisos de auto y corregulación con las plataformas digitales.