COLABORADOR INVITADO / Francisco Moreno Sánchez EN REFORMA
En diciembre del 2019 ante la epidemia de un virus desconocido, causante de neumonías, falla respiratoria y muertes en la población de Wuhan, China decidió construir un hospital y lo hizo en 10 días. El 8 de febrero del 2020 se anunció que el hospital Huoshenshan abría las puertas de una construcción de 34,000 metros cuadrados para atender pacientes por el nuevo coronavirus. Al poco tiempo se dieron cuenta que la enfermedad requería de una atención por cuidados críticos y no simplemente camas en donde los pacientes se conectaran a tanques de oxígeno. En los primeros reportes por Bo Xu, uno de los científicos más reconocidos en China, se mencionaba que el 35% de los pacientes que eran hospitalizados requerían de asistencia mecánica ventilatoria, es decir, un ventilador y por lo tanto un especialista en el manejo de un aparato complejo que requiere de años de entrenamiento para aprender a usarlo en forma correcta.
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