OPINIÓN

El último día de la vida (III).

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN REFORMA

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Salieron todos de la casa y se enteraron de lo que sucedía: más de mil villistas llegaban a atacar la plaza, ocupado por menos de 200 carrancistas. El teniente coronel Del Arco saltó a su caballo y se dirigió a la salida de la población para dirigir la resistencia contra el enemigo que llegaba. A poco regresó a pie y cojeando. Le habían matado el caballo y él venía herido de las dos piernas.