Andrés Manuel López Obrador ha sido un Presidente exitoso. Se propuso demoler el edificio del pluralismo democrático y lo está logrando. Su sexenio dejará un campo asolado. Desde el primer momento se dedicó a socavar la legitimidad, a someter y a estrangular a las instituciones autónomas. En el segundo tramo del sexenio, la hostilidad presidencial se disparó con furia. Tras percatarse que las instituciones autónomas se atrevían a ejercer su autonomía, al ver que los jueces aplicaban la ley y defendían la Constitución, al notar que los cuerpos técnicos razonaban con la lógica que les es propia, optó por la demolición. Todo el espacio institucional del pluralismo mexicano está siendo devastado. El daño colateral del fuego presidencial es la democracia mexicana.
Estudió Derecho en la UNAM y Ciencia Política en la Universidad de Columbia. Es profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey. Ha publicado El antiguo régimen y la transición en México y La idiotez de lo perfecto. De sus columnas en la sección cultural de Reforma han aparecido dos cuadernos de Andar y ver.