El 2018 ha sido sin lugar a dudas el peor año de mi vida. Inició en enero con la inesperada muerte de mi entonces esposa Lucía; una hemorragia cerebral nos cambió la vida a mis dos hijas y a mí. Unos meses después murió mi madre. Decidí escribir un libro llamado el síndrome del humano desgastado, más como autoayuda que por querer tener un éxito literario. Soy médico y si bien escribir es parte del proceso de investigación y de la academia, no pensaba cambiar de profesión.