CULTURA

El silencio de Olguín

Erika P. Bucio

Cd. de México (30 junio 2015) .-12:17 hrs

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Cuenta el bandoneonista César Olguín que a Carlos Gardel, la idea del tango Silencio le nació mientras recorría con uno de sus guitarristas, el cementerio a espaldas de su departamento en París.

Ahí se topó con las tumbas de cinco hombres, todos del mismo apellido. Supo que eran hermanos, muertos en la Primera Guerra Mundial e imaginó el drama de la madre.

"Un clarín se oye / peligra la patria / y al grito de guerra / los hombres se matan /cubriendo de sangre/ los campos de Francia / Hoy todo ha pasado / renacen las plantas /un himno a la vida / los arados cantan / Y la viejecita / de canas muy blancas / se quedó muy sola /con cinco medallas / que por cinco héroes / la premió la patria".

Como Silencio, uno de sus tangos favoritos, titulará el disco que grabará en unos meses con su Orquesta Mexicana de Tango (OMT) y del que ofrecerá un adelanto en el Lunario del Auditorio Nacional el 10 de julio. Incluirá tangos como Sombras... nada más, que acá popularizó como canción ranchera Javier Solís.

Ya tiene hasta la portada decidida: una imagen que le impactó de niño: una fotografía en blanco y negro de una enfermera pidiendo silencio, que veía en el Hospital Británico de Buenos Aires.

A Olguín, afincado aquí desde hace 36 años, le parecía raro que México, tan cercano al tango, no tuviera una orquesta. Uno de los grandes conocedores del género, Gastón Martínez Matiella, editó discos, todavía en vinilo, de grabaciones hechas por intérpretes mexicanos a principios del siglo 20 en los Estados Unidos.

Desde hace años, además, existen orquestas típicas de tango desde China hasta Canadá. En México, las hubo en los años 70 y 80, integradas por argentinos y uruguayos. Así que decidió formar la OMT. Era además, una consecuencia natural de su labor pedagógica con sus alumnos de bandoneón: subir a tocar en el escenario. El 4 de julio la OMT cumplirá ocho años. Una fecha que coincide, casualmente, con el aniversario luctuoso de Astor Piazzolla, de quien Olguín es devoto.

"La OMT está formada por mexicanos y eso me incluye porque ya estoy nacionalizado. En tal caso, soy el frijol negro en el plato de arroz", dice.

Le irrita el prejuicio: "¡Cómo van a hacer tango si son mexicanos!" y revira: "Conozco a muchos argentinos y uruguayos que hacen el tango mal". Lo esencial, dice, es sentir el tango.

"El tango representa un lugar donde me siento libre y feliz", responde Olguín con Quesadilla, uno de sus tres chihuahuas, merodeando por el estudio, el lugar de ensayo de la OMT.