El señor de los relojes
Guadalupe Loaeza EN REFORMA
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"Piensa mal y acertarás" era una de las consignas de mi madre. Al publicar antier en este mismo espacio sobre Adán Augusto López Hernández, desafortunadamente no puse en práctica el consejo de doña Lola. Me fui con la finta al describir al precandidato como el mejor de los seis aspirantes de Morena. ¡Oh, cuán equivocada estaba!, finalmente es igual que los de antes: deshonesto, mentiroso, machín y por si fuera poco, don Juan de segunda. Según el lema de López Obrador, que nos lo viene restregando en sus mañaneras desde hace cuatro años: "No robar, no mentir y no traicionar al pueblo", el llamado "hermano" hace exactamente eso: robar, mentir y traicionar al pueblo.
Descubrió quién es gracias a la escritura y al periodismo. Ha publicado 43 libros. Se considera de izquierda aunque muchos la crean "niña bien". Cuando muera quiere que la vistan con un huipil y le pongan su medalla de la Legión de Honor; que la mitad de sus cenizas quede en el Sena y la otra mitad, en el cementerio de Jamiltepec, Oaxaca, donde descansan sus antepasados. Sus verdaderos afectos son su marido, sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus lectores