OPINIÓN

El romanticismo reaccionario

Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA

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La emergencia sanitaria ha acelerado la radicalización. Nada queda del pragmático alcalde de la capital. Nada queda del candidato que hizo campaña como un reformista moderado. El Presidente no tiene ya interés en mantener diálogo con grupos independientes. Sin haber llegado al segundo año de gobierno, han quedado en ruinas los puentes del diálogo. La pandemia ha persuadido al Presidente de que no los necesita y que hablar con ellos es una pérdida de tiempo. Le basta la fantasía que ha construido para evitar el fastidioso trato con la realidad y el aliento de los aduladores que lo envuelven.