Si algo nos ha enseñado la pandemia por SARS-COV2 es la necesidad de cambiar la forma de enfrentar a un problema dinámico. En 1974, en el Mundial de futbol en Alemania Occidental, llegó un equipo que había revolucionado la forma de jugar este deporte. Holanda, la entonces llamada "naranja mecánica", se presentó como una aplanadora que jugaba a algo nuevo, el "futbol total". Parecía que no habría forma de frenar a ese equipo que se apuntalaba para ser el nuevo campeón del mundo. En la final, Holanda perdió 2 - 1 contra una Alemania que contaba con el apoyo de su público, pero que supo que tenía que cambiar la forma de jugar para vencer al que parecía invencible.