El rechazo de Carlos Vela
En aquellos años juveniles y arrojados, que incluyeron un largo periodo de viajes con la mochila al hombro y prácticamente sin dinero, recibí por parte de alguien desconocido un consejo muy útil que no se limitó a ese viaje: "Nunca rechaces una invitación a comer, porque no sabes si habrá una próxima vez".