El porqué de las primarias

Es notable observar cómo las semanas y días recientes son una especie de reedición -mínimamente actualizada- de una serie o película que se estrenó hace medio siglo. Un Presidente jugando a que hay competencia por su sucesión, unos contendientes soñando con que dicha competencia existe, una sociedad política que no pierde detalle del guiño, del gesto, del talante del jerarca, y unos medios de comunicación incapaces de poner atención a nada más que el baile orquestado desde Palacio. Es como un "hit" de los setentas, insisto, pero "remastered" con encuestas, para ponerle un toque pretendidamente democrático y contemporáneo, y para ampliar la audiencia, el drama pretendido y las expectativas de desenlace. Poco importa que el asunto sea casi ineludiblemente ilegal, porque las precampañas formalmente no debieran de empezar sino hasta dentro de varios meses más.