El apetito de las pulgas es voraz e indiscriminado. En busca de sangre fresca, brincan de perros a gatos, saltan de gatos a humanos, y de un humano a otro. Las pulgas viajan en las ratas, y en las pulgas viaja Yersinia pestis, la bacteria causante de la fiebre bubónica que provocó la Peste Negra, que mató millones de personas en Asia, el norte del África y Europa, en donde a lo largo de varios siglos diezmó a la población, provocando catástrofes que marcaron la Edad Media y el Renacimiento.