La quema de una figura con toga y la imagen del rostro de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Lucía Piña Hernández, en el zócalo de la Ciudad de México, durante la conmemoración de la expropiación petrolera ha generado conmoción, ¿fue una manera de ejercer la libertad de expresión, es discurso de odio o simplemente una costumbre popular?