Para muchos votantes británicos el resultado del referéndum de 2016 fue democrático y están dispuestos a defenderlo, les guste o no
El nuevo mapa político británico
Isabel Turrent EN REFORMA
"Cuando perdimos Blyth Valley, apagué la televisión", declaró un desolado votante laborista horas después de la elección del 12 de diciembre en Gran Bretaña. Hizo bien. Blyth Valley -una comunidad de ex mineros en el noreste, laboristas acendrados de décadas-, había decidido ahora darle su asiento parlamentario al enemigo: los Tories del Partido Conservador. Siguieron Greham -territorio laborista por 80 años- y Great Grimsby, un puerto pesquero en decadencia que nunca había votado conservador. En la madrugada, el resto de los resultados confirmaron la tendencia de esas tres comunidades, y con ellos, la magnitud de la derrota laborista y del triunfo Tory.
Estudió Historia del Arte en la UIA y Relaciones Internacionales y Ciencia Política en El Colegio de México y la Universidad de Oxford, Inglaterra. Ha publicado cinco libros sobre asuntos internacionales, y en el 2006, La aguja de luz, una novela histórica sobre Mallorca. Es colaboradora de Letras Libres y editorialista de Reforma desde su fundación. Ha impartido cátedra en las principales universidades del país sobre temas internacionales.