Mientras en México crece la desconfianza y cada día que transcurre se torna más evidente que la estrategia del Gobierno amlista es acumular un poder total, sin frenos ni equilibrios, y no adelantar el bienestar de los mexicanos, las amenazas externas crecen. Algo que, de ocurrir, sólo agravará el daño colateral de la amenaza actual que conduce al establecimiento en nuestro México Mágico de un Estado totalitario omnipotente.