OPINIÓN

El manifiesto de una casa

ANDAR Y VER / Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA

3 MIN 00 SEG

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Cuentan que un día, paseando por el fraccionamiento de Las Arboledas, Luis Barragán se detuvo un momento y dijo: "construyamos un muro blanco para que descanse la sombra de este árbol". Arquitectura para albergar, no al tronco, sino a su sombra. Levantar un lienzo al reflejo de una rama. La arquitectura de Barragán, se ha dicho muchas veces, es mucho más que aposento. Su casa de Tacubaya es cama para las nubes, reloj de colores, plataforma de contemplaciones, refugio de silencios, cocina de encuentros, orquesta de aguas, bandeja de amistades, autobiografía, oratorio, taller, senda de asombros.