Hemos tragado tanta doctrina de ser buenos, del bienestar, de convertir la mierda en oro, que temo que estemos mutilando nuestra capacidad de lidiar con el horror de la vida. Hemos aceptado tanto el self- positive, que a lo que debería ser condenado sin matices y aceptado como el horror de los tiempos que México atraviesa con esa cifra apocalíptica de desaparecidos y de feminicidios, insistimos en hallarle una bonita narrativa. Alan Kurdi tenía tres años y su fotografía recorrió el mundo, dice un poema de Raúl Zurita poniendo el dedo en la llaga: "Nadie podrá imitar su última imagen posando boca abajo en la orilla de la playa. Ningún artista podrá darnos ese golpe bajo".
Es escritora, autora de los libros Cuentos de maldad (y uno que otro maldito) y El niño que fuimos bajo el sello de Alfaguara; Las noches habitadas (Editorial Planeta) y Damas de caza (Editorial Plaza y Valdés). Ha colaborado en El Cultural de La Razón, The Washington Post, SinEmbargoMx, El Malpensante, Confabulario de El Universal, Revista GQ, Revista SOHO y otros medios. Desarrolla guiones para cine, teleseries y audioseries.