El gran gobernador

Sancho, nuestro muy humilde y querido labrador, ha sido nombrado gobernador de la imaginaria isla de Barataria. Ay, por fin podrá mandar y comprobar, por sí mismo, que mandar es cosa tan dulce que una vez que la pruebas te chupas los dedos de las manos. Algo así le advierte don Quijote, que no sólo discurre este magnífico pensamiento, sino que le hace una serie de recomendaciones al flamante nuevo mandatario, una de las más importantes: has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana que quiso igualarse con el buey.