Hacia principios del 2020 se avecinaba un incendio que nadie quería ver y mucho menos vivir. Casas empezaron a incendiarse, la nuestra estaba lejos y la amenaza se veía distante. El fuego siguió propagándose y se declaró el 30 de enero la emergencia mundial. Para el 11 de marzo el fuego afectaba al planeta entero y se declaró el nivel máximo del peligro, estábamos ante una nueva pandemia.