OPINIÓN

Puesto contra las cuerdas, AMLO insiste en que todo es parte de una campaña de desprestigio

El ecosistema

Jorge Volpi EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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Un avión privado aterriza el 25 de julio en el aeropuerto de Santa Teresa, Nuevo México. De inmediato, agentes de la DEA proceden a detener a sus pasajeros: Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de El Chapo -el más icónico de los narcos mexicanos-, e Ismael Zambada, El Mayo, otra de las grandes figuras del llamado Cártel de Sinaloa. Aparentemente -y así ha querido reiterarlo una y otra vez el presidente López Obrador para evitar la vergüenza-, el gobierno mexicano en ningún momento estuvo al tanto de la operación y solo se enteró de la captura de los dos capos una vez consumada esta.