El coche
Guadalupe Loaeza EN REFORMA
Entre más lo pienso, más me convenzo que es la mejor solución. Es cierto que me lo acabo de comprar y que apenas he pagado tres mensualidades de las 36 que debo liquidar, pero dadas mis circunstancias, no tengo otra opción. Además de ser demasiado lujoso para mí, resultó ser más largo y más ancho para el lugar del estacionamiento que me corresponde en el edificio donde vivo. La verdad es que está precioso, aunque es un modelo 2019, parece como del año 2022. Desde el primer momento que lo vi, ya no me lo pude sacar de la cabeza hasta que por fin me lo entregaron. Para que me entiendan mejor, es bello por fuera y por dentro. Cuenta con una infinidad de detalles de lujo: tiene detector de cansancio, seis bolsas de aire disponibles, cuenta con una espléndida computadora de viaje, cambia las luces de carretera a luces de la ciudad y aparte tiene faros de niebla, sensor de lluvia, cámara de visión trasera; es sumamente estable, se enciende en medio segundo con el botón "push and start"; cuenta con alarma antirrobo y antisecuestro, la cajuela tiene una capacidad ¡enooorme!; su radio es de seis bocinas, la pantalla táctil a color de 8 pulgadas es espectacular y qué decir de su aire acondicionado, ¡¡¡divino!!! Su color es único: gris metálico.
Descubrió quién es gracias a la escritura y al periodismo. Ha publicado 43 libros. Se considera de izquierda aunque muchos la crean "niña bien". Cuando muera quiere que la vistan con un huipil y le pongan su medalla de la Legión de Honor; que la mitad de sus cenizas quede en el Sena y la otra mitad, en el cementerio de Jamiltepec, Oaxaca, donde descansan sus antepasados. Sus verdaderos afectos son su marido, sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus lectores