El bien no se nota
Eduardo Caccia EN REFORMA
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Irene Vallejo ha escrito un libro imprescindible para entender la épica de lo que ha sido la invención de los libros, la escritura, el deseo narrativo tan ligado a los seres humanos; un viaje desde la oralidad de historias que se perdieron en el viento del tiempo y la memoria, hasta la posibilidad de dejar constancia transgeneracional por gracia de la imprenta (y ahora los archivos digitales). Al final de El infinito en un junco agradece a los anónimos salvadores de libros y bibliotecas; por ellos tenemos testimonios de otras épocas, que no existirían si el fuego, el agua, la polilla y el polvo, las guerras y hasta el desinterés, hubieran destruido esos signos que hoy llamamos letras, pasaporte a las palabras, renglones, páginas y tomos, de un viaje que no acaba.
Nací arqueólogo sin saberlo. Una cueva remota y oscura confirmó mi vocación: lo mío sería desenterrar significados. Veo cosas y escribo y escarbo. Leo para darme cuenta lo poco que sé de todo. Fundador de Mindcode, ayudo a innovar y entender la conducta del consumidor. Hago preguntas para encontrar respuestas y después tengo más preguntas. Lo mío es caminar en la cueva, encontrar la luz y volver adentro. Al final espero un epitafio corto: Signifiqué.