OPINIÓN

El ataque

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN REFORMA

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Mina no era un militar. Era, sí, un guerrillero. Igual que hizo su tío, don Francisco Espoz y Mina, había combatido a los franceses con las tácticas de guerrilla que tan bien describió Benito Pérez Galdós en uno de sus "Episodios Nacionales", el que lleva por título "Juan Martín el Empecinado", estupendo libro entre los muchos que forman la prole de aquel prolífico escritor. "Hablaremos ahora -dice don Benito- de las guerrillas, que son la verdadera guerra nacional; de aquellos ejércitos espontáneos, nacidos en la tierra como la yerba nativa; de aquella organización militar hecha por milagroso instinto a espaldas del Estado...". Y explica: "Las guerrillas son la sorpresa. Los guerrilleros no se retiran, huyen, y el huir no es vergonzoso en ellos. Se condensan para caer como la lluvia, y se desparraman para escapar a la persecución; de modo que los esfuerzos del ejército que se propone exterminarlos son inútiles, porque no se puede luchar con las nubes. Su principal arma no es el trabuco ni el fusil; es el terreno, porque según la facilidad y la ciencia prodigiosa con que los guerrilleros se mueven en él, parece que se modifica a cada paso prestándose a sus maniobras...".