El arte de lo vigente
Eduardo Caccia EN REFORMA
Escribo este artículo en medio de interrupciones, con un ojo al texto y otro a una chapa eléctrica que el técnico ha venido a revisar. Me dice que hay que cambiarla porque es vieja y no hay refacciones. De paso le echa un ojo al conmutador que últimamente vive entre intermitencias casi humanas, cuando quiere, funciona bien pero últimamente no ha querido. El especialista mira el panel de cables meticulosamente ceñidos por varios cintillos, un orden que sólo entienden los iniciados en troncales y extensiones, se rasca la cabeza y dice: "Estos equipos fueron muy buenos en su tiempo" (de botepronto pensé que era una alusión futbolística a mi afición, que efectivamente tuvo sus años azules en los lejanos setenta). No hay vuelta, uso tecnología obsoleta, algo que, dado el avance de nuevos modelos en todos los órdenes de la vida, se ha vuelto un lugar común.
Nací arqueólogo sin saberlo. Una cueva remota y oscura confirmó mi vocación: lo mío sería desenterrar significados. Veo cosas y escribo y escarbo. Leo para darme cuenta lo poco que sé de todo. Fundador de Mindcode, ayudo a innovar y entender la conducta del consumidor. Hago preguntas para encontrar respuestas y después tengo más preguntas. Lo mío es caminar en la cueva, encontrar la luz y volver adentro. Al final espero un epitafio corto: Signifiqué.