OPINIÓN

El apostador

Aldo Farías EN REFORMA

MIN SEG

28 mayo 2020

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Conocí mi primer casino a los 16 años, era uno viejo con atmósfera gangsteril, olor a muerte y dos gigantones en la puerta que muy apenas revisaban nuestras licencias de conducir falsas. El lugar era de dos pisos: el primero era un paraíso de maquinitas, y el segundo un sports book, donde habitaban los típicos ludópatas que se creían los dueños del lugar.