Se aproxima el final de este año imprevisible, retorcido, fatídico, indomable. Hay quien tiene la sensación de que 2020 no ha pasado, que sería posible arrancarlo del calendario, hacer como si sus sobresaltos y descalabros fuesen un espejismo, enterrarlo igual que a los millones de muertos de Covid-19 en todo el mundo. Otros sienten lo contrario, que ha sido un año interminable, infinito, que no sólo no ha acabado sino que se prolongará todavía por un tiempo indefinible, el año más largo de nuestras vidas, meses y meses de inagotable duelo. Como fuere, el año de la peste, para quienes lo sobrevivimos -o al menos lo hemos sobrevivido hasta ahora-, tendrá consecuencias aún impredecibles, cambios políticos, sociales y personales que somos incapaces de aquilatar, atrapados todavía en su desasosegante torbellino.
(México, 1968). Es autor de la novelas En busca de Klingsor, El fin de la locura, No será la Tierra, El jardín devastado, Oscuro bosque oscuro y La tejedora de sombras. Y de ensayos como Mentiras contagiosas, El insomnio de Bolívar y Leer la mente. En 2009 obtuvo el Premio José Donoso de Chile por el conjunto de su obra. Sus libros han sido traducidos a 25 idiomas. En 2014 se publicará su novela Memorial del engaño.