Hasta hace poco China había destacado como el caso más estricto de políticas de salud y socioeconómicas para evitar que su población contraiga el virus; habían muerto alrededor de 5,000 personas vs. más de un millón en Estados Unidos hasta noviembre de 2022. Las medidas requirieron que la población se hiciera constantemente pruebas gratuitas PCR -en octubre y noviembre de 2022 incluso pruebas diarias-, además de drásticas medidas de confinamiento de ciudades completas como Chengdu, Shanghái y Xian. Estas medidas de salud sólo fueron posibles ante sistemas de control de salud a nivel local y de ciudades que permitieron la detección del COVID vía aplicaciones digitales asociadas a un celular, foto y respectivo documento de identidad. Estas aplicaciones se convirtieron en el pasaporte de ingreso a cualquier lugar público; resultados positivos implicaban confinamiento (de edificios, alcaldías completas o incluso ciudades) u hospitalización. Con el aumento de casos de COVID, y particularmente ante el incremento de la transmisibilidad, también aumentaron los confinamientos y afectando de diversa forma la cotidianidad de cientos de millones de habitantes en el segundo semestre de 2022.
Enrique Dussel Peters, Posgrado en Economía, UNAM.