Dos caras de Guevara
Guadalupe Loaeza EN REFORMA
4 MIN 00 SEG
Hace muchos años conocí a Ana Gabriela Guevara, siempre me pareció ambigua, más interesada en la política, en el poder y en el dinero, que en el deporte. Ambas fuimos por el PRD para el Distrito X, por la Miguel Hidalgo. Yo perdí, afortunadamente. No convivimos, ni yo corría, ni ella leía. No obstante, la recuerdo agresiva, prepotente y muy pagada de sí misma. En plena campaña, la policía la detuvo porque iba en motocicleta en sentido contrario. Su discurso político era más bien acartonado y muy previsible. Una de sus caras era aparentemente cordial, y la otra era francamente con aire de superioridad. A pesar de eso nunca le dejaron de pedir autógrafos y selfies.
Descubrió quién es gracias a la escritura y al periodismo. Ha publicado 43 libros. Se considera de izquierda aunque muchos la crean "niña bien". Cuando muera quiere que la vistan con un huipil y le pongan su medalla de la Legión de Honor; que la mitad de sus cenizas quede en el Sena y la otra mitad, en el cementerio de Jamiltepec, Oaxaca, donde descansan sus antepasados. Sus verdaderos afectos son su marido, sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus lectores