Dormir cansa
Juan Villoro EN REFORMA
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¿Cuántas horas debe dormir una persona? El enigma, por supuesto, es insondable. Napoleón cerraba los ojos en dos tandas de un par de horas y despertaba con suficiente enjundia para invadir Egipto. Por el contrario, Einstein demostró que también el trabajo es cuestión de relatividad (rendía mucho porque descansaba diez horas diarias). En ciertos casos, la brevedad del sueño es autoimpuesta. Salvador Dalí diseñó un sistema de siestas que le permitía reducir al máximo la pérdida de lucidez. Al respecto, escribe Alan Pauls: "Se instalaba en un sillón, dejaba en el piso un plato de metal y se abandonaba al sueño con una cucharita entre los dedos. Dormido, los dedos se le relajaban, la cuchara caía golpeando contra el plato y el pintor, alertado por el modesto estrépito, despertaba y reanudaba el reloj reblandecido que había dejado inconcluso".
Ha obtenido el Premio Herralde por su novela El testigo, el Internacional de Periodismo Vázquez Montalbán por su libro sobre futbol Dios es redondo y el Iberoamericano José Donoso por el conjunto de su obra. Ha sido profesor en la UNAM, Yale, Princeton y la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Entre sus libros para niños destaca El profesor Zíper y la fabulosa guitarra eléctrica.