Las contrataciones públicas son el mecanismo para lograr las mejores condiciones para el Estado en cuanto a adquisiciones, arrendamientos, servicios y obra pública, al tiempo que pueden fomentar mercados en competencia y promover fines sociales tales como el apoyo a microempresas. Sin embargo, es precisamente en las contrataciones públicas donde la corrupción florece y donde debe combatirse.