Donald Sutherland logró cautivar e inquietar, tranquilizar y repeler, en multitud de papeles cinematográficos, tan diversos como el de un relajado cirujano de campo de batalla en
M*A*S*H, un despiadado espía nazi en
Eye of the Needle, un conmovedor padre en
Gente Como Uno (
Ordinary People) y un fascista fanfarrón en
Novecento (1900).