OPINIÓN

El desarrollo de las sociedades y la creciente complejidad de la actividad económica exigen reglas (y leyes) confiables

Disonancias

Luis Rubio EN REFORMA

4 MIN 30 SEG

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"Las culturas difieren notoriamente en cuanto al contenido de sus reglas, pero no hay cultura sin reglas, muchas reglas". En el último medio siglo, México transitó de un mundo de reglas establecidas desde el poder y para el poder -las importantes siempre siendo reglas "no escritas" y, de ellas, la primera era que nadie disputara la autoridad y legitimidad del presidente- hacia un sistema de reglas codificadas y establecidas en blanco y negro. Fue un intento loable, pero realizado sin convicción más allá de algunas áreas de la economía, especialmente aquellas vinculadas a la inversión y el comercio exterior y en el ámbito electoral. El resto siguió, y sigue, el viejo patrón. Ahora vamos de regreso hacia el reino del jefe máximo. La pregunta clave es si esas dos áreas -la economía y el sistema electoral- perderán esa cualidad única que las ha hecho distintivas y clave para la prosperidad y democratización, respectivamente, del país.