En tiempos del viejo PRI se hablaba de la "dictadura perfecta", pero ahora, cuando se busca la imposición del criterio de una sola persona no precisamente respetuosa de la pluralidad ideológica, que prefiere la prevalencia del criterio de sólo un segmento social, como quedó expuesto con la arbitrariedad al CIDE, estamos deslizándonos rápido hacia algo mucho peor: una dictadura imperfecta.