Migrantes cansados de caminar, algunos acompañados por menores de edad, fueron contenidos en Chiapas por elementos de la Guardia Nacional. Crédito: Edgar Hernández
Todo fue un fracaso, habrán visto entonces que sufrir nunca sirvió de nada y, sin embargo, es tan rabioso pensar en la chancleta con pus y sangre de la guatemalteca Catherine Díaz que libraba apenas la brasa negra del pavimento.