México, económicamente hablando, no es una isla: con sus Tratados internacionales y relaciones bilaterales firmados con un buen número de países avanzados, forma parte de un concierto de naciones que practican ciertas muy claras REGLAS de JUEGO. Claramente -resulta obvio- debe nuestro País apegarse a estas reglas de competitividad, transparencia, "fair play", acceso a mercados y apertura que rigen al mundo actualmente y a las que nos suscribimos cuando firmamos, primero, el TLC y posteriormente el T-MEC.