Algo que no ha tomado en cuenta el nuevo Gobierno en su plan para bajar el precio de la tortilla es la influencia que ejercen los cárteles en su distribución y precio. En el sureste y este de México el kilo de tortilla se vende en el precio que los delincuentes ordenan a los tortilleros que lo vendan, esto en varias e importantes ciudades. En otras, los delincuentes COBRAN PISO a los tortilleros, lo cual encarece el precio de este producto, esencial en la dieta de los mexicanos.