Supe que mi marido había olvidado nuestro aniversario de bodas cuando vi su cara al descubrir la cena organizada en casa para celebrar. No lo admitió; me dijo que la joyería le entregaría una pieza comprada hasta el día siguiente, pues la llevarían de una sucursal a otra, y que había reservado la noche siguiente en un restaurante al que hacía tiempo no íbamos.