Uno es como lo educan, lo cual explica mucho en términos de liderazgo. Dependiendo de cómo se educó, de cómo triunfó y llegó al poder, quien gobierna un país refleja su (de)formación profesional. Un país gobernado por ingenieros y uno dirigido por abogados es distinto. La ingeniería enfatiza construir, resolver problemas, terminar un proyecto, pasar al siguiente. El abogado-politólogo sospecha de todos y de todo. Cobra por hora. Argumenta a favor de un lado u otro. Alargar, complicar, negociar es su profesión, debatir su deleite. Si cambia cliente cambia argumento y posición.
Juan Enríquez Cabot es autor de diversos libros sobre tecnología y académico ocasional.