De campesinos a cardencheros
Erika P. Bucio
Cd. de México (16 mayo 2015) .-00:00 hrs
"El canto cardenche es la emoción", dice don Fidel Elizalde, de 71 años, campesino duranguense de Sapioriz.
Lleva la voz contralto o arrequinte, la más aguda, de su grupo, Los Cardencheros de Sapioriz. La suya es una voz desgarrada. Se canta a capella, a tres voces. Lleva en la memoria unas 48 canciones, aunque su padre, Eduardo Elizalde, se sabía más de cien.
Todas de amor, desamor y desprecio: "A las dos de la mañana, salgo en busca de mi amor. Al momento que la encuentro, ella me dice que no. Se agachaba y se sonreía pa'que le rogara yo. Qué esperanza que le ruegue, ese tiempo se acabó". Pero también las hay de la vida en el campo...
El canto cardenche, en la Comarca Lagunera, se remonta al siglo 19. Ahí cantaba sentado. Y la primera voz, dirigía a sus compañeros con los codos y rodillas, como describe Vicente Mendoza Martínez en la introducción a La Canción Cardenche.
"Siempre se usó así porque la gente se salía a las afueras de la comunidad, buscaban una piedra o bordito para poderse sentar, y a la orilla de la fogata, entonaban estos cantos porque no había otra diversión, ni televisión ni radio ni luz eléctrica", responde don Fidel vía telefónica.
El nombre proviene de una planta de la región, el cardo, que cuando penetra en la piel es muy doloroso, pero todavía duele más al querer sacarla. Como el amor, describe Mendoza Martínez en el libro.
Don Fidel ya dejó de beber los traguitos de sotol o la "pastillita", como eufemísticamente lo llaman, con que aliviaba la voz mientras cantaba. "Ya tiene tiempo que dejé la pastillita, como que me lo tomé muy en serio, y me tomé lo que me tocaba. Siento que no lo he necesitado", se ríe.
Viajó al vecino Torreón porque con sus compañeros Antonio Valles, el más veterano, de 78 años, y Guadalupe Salazar, de 69, ganadores del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008, grabaron el disco Un amor pendiente, con Ropeadope Sur, con las canciones más pedidas donde quiera que se han presentado, incluso Washington y París. La favorita de don Fidel es La redonda luna. Ofrecerán en Torreón un concierto, el 28 de mayo.
"El canto cardenche hay que sentirlo. Es la emoción. Sentir que somos unos campesinos y estamos haciendo lo que nuestros padres hicieron en su tiempo y no hemos querido que se pierda", dice Elizalde, quien sigue viviendo del campo.
Y presentan a Higinio Chavarría, un joven a quien pasan la estafeta.
Son cinco artistas en total los que rinden homenaje al canto cardenche en este disco: la cantante Iraida Noriega, el pianista Alex Mercado, además de Los Acardenchados, Aarón Cruz y el guitarrista Todd Clouser, promotor del proyecto. "Para mí es música folclórica en el mejor sentido, honesta, humana, cantando sus vidas. Ellos son las canciones", dice este último.
Sembrando la semilla
Fidel Elizalde es campesino, sabe lo que es sembrar. Pero las semillas que siembra las lleva también al canto cardenche, que enseña a niñas en Lerdo, el municipio al que pertenece su pueblo, Sapioriz. Quiere que el sonido de ese canto sobreviva, como sobrevivió en él gracias a su padre.
"Mi papá hizo unos talleres en colaboración con la Casa de Cultura de Ciudad Lerdo. Ahí nos enseñaron las canciones. Tenían un diario, mal escrito, no sabían escribir bien... y luego Culturas Populares hizo un cancionero y con ese aprendimos".