En la Selva Maya, entre Playa del Carmen y Tulum, existe un trayecto de cuevas y manantiales subterráneos que le sirven de bebedero de agua fresca a la amplísima gama de creaturas que habitan dicha selva. Fue muy emocionante ver sobre la arena dibujada la huella de un jaguar. Por primera vez en mi vida sentí que yo y ese ser casi mítico pisábamos el mismo territorio. Este sistema de cuevas tiene (tenía) una extensión de 50 kilómetros. Con casco, linterna y un buen guía se pueden (o se podían) recorrer caminando. Esas cuevas son tan singulares y extraordinarias como lo es el mural de Diego Rivera en Palacio Nacional. ¿Cuántos países en el mundo tendrán algo similar? Es paradójico que una región con activos naturales de ese calibre sea, a la vez, una de las más pobres y marginadas del país. Contrasta la riqueza natural con la pobreza de la gente. ¿Qué tendríamos que hacer para que el valor de lo primero generara beneficios a los segundos? Sin duda: no más Xcarets, por favor.
Profesora investigadora de la División de Estudios Jurídicos del CIDE, Doctora en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid, licenciada en Derecho por el ITAM. Magaloni es precursora en México de los estudios empíricos sobre las instituciones de justicia, con énfasis en la SCJN, el juicio de amparo y el sistema de persecución y enjuiciamiento penal mexicanos. Entre sus recientes publicaciones está "La Suprema Corte y la transición jurídica en México".