Dolorosas, tristes, preocupantes e inesperadas de un gobierno de izquierda, son las imágenes que muestran a la Guardia Nacional deteniendo y maltratando migrantes en la frontera sur de México. Sin duda todos queremos que se brinde seguridad a los mexicanos y a nuestro territorio, pero no es reprimiendo y amenazando personas que huyen de sus países por el riesgo a perder la vida, por el miedo y por contextos terribles, que se va a lograr. Peor aún, lo que sucede significa cumplir con la agenda y deseos del presidente Trump por encima de los nuestros. Significa fortalecer la visión dura y punitiva, olvidar las causas estructurales y sociales de la migración y de la violencia que tanto ha subrayado el Presidente. También nos distrae de nuestros problemas y pendientes en materia de seguridad: la prevención, la contención y la reducción del delito y la violencia desde una perspectiva integral. Y para muestra un botón. En estos días sucedieron matanzas y desgracias en Madera, Chilapa y Zirándaro, sitios en los que no estuvo la Guardia pero sentimos su presencia en la frontera siendo el muro.