OPINIÓN

Cruzar el puente

Alma Delia Murillo EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Cuando nació Afrodita se armó tremenda fiesta, bebidas y manjares dignos de los dioses. Ya de madrugada, se acercó Penia, a quien no invitaban nunca por ser pobre, era la pena misma. Penia llegó a mendigar, a ver si le compartían algo de los restos de la fiesta; no la dejaron pasar pero se coló por un jardín y se acostó junto a Poros que estaba borrachísimo y era todo lo opuesto a ella: opulento y recursivo. Ya entrados en vinos, se armaron los besos y tuvieron un encuentro carnal del que resultó nada menos que el nacimiento de Eros. Eso no significó cambio alguno en el statu quo de los involucrados, no, señores, Penia siguió siendo pobre y Poros siguió siendo acaudalado; pero había nacido Eros que tuvo una vida no precisamente estable y tranquila. Todo esto lo contó una filósofa, Diotima, a Sócrates, y luego él lo contó en "El banquete", que recuperó Platón en el texto que hoy conocemos. Obviamente el mito es anterior a esta referencia.