CULTURA
Critica Canclini sociedad cortoplacista
Yanireth Israde
Cd. de México (17 julio 2014) .-13:54 hrs
El antropólogo Néstor García Canclini encuentra, desde el arte, una crítica de corta duración, a la medida de una sociedad sin expectativas de largo plazo.
El académico participó en el primer Coloquio Iberoamericano de Crítica de Arte con la conferencia magistral "La crítica como legitimidad y disidencia" en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Comenzó con el contexto: cómo la trasnacionalización de capitales y empresas, así como el trabajo por proyectos temporales engendran una inestabilidad que repercute en toda la organización social, no sólo en el ámbito laboral.
"En empresas como WalMart, Microsoft o Google la valoración de la producción cultural, la satisfacción de necesidades humanas, la creación de empleos y salarios están subordinados al aumento concentrado de las ganancias", apuntó.
Los jóvenes creadores, prosiguió, se habitúan a la precariedad: a trabajar en proyectos de corta duración, frágiles e inciertos.
"La pregunta es qué están expresando de lo que sucede en la sociedad, de lo que sucede en una economía de la precariedad que trabaja por proyectos, con una discontinuidad incesante y donde lo que tiene la duración, como las caras de la política que permanecen seis décadas, ofrecen menos expectativas, menos participación, menos interés".
La crítica desde el arte recurre, por ejemplo, al performance o utiliza las redes sociales, como lo hizo en México #YoSoy132. Pero es una crítica efímera e inestable, advirtió.
"¿Qué sociedad es ésta que no sólo genera movimientos de corta duración y eficacia restringida, sino qué (además) es una sociedad presentista, sin visión de futuro, en muchos casos ni de pasado?, ¿qué le impide tener memoria y proyectarse de aquí a diez años aunque sea?", cuestionó.
El académico participó en el primer Coloquio Iberoamericano de Crítica de Arte con la conferencia magistral "La crítica como legitimidad y disidencia" en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Comenzó con el contexto: cómo la trasnacionalización de capitales y empresas, así como el trabajo por proyectos temporales engendran una inestabilidad que repercute en toda la organización social, no sólo en el ámbito laboral.
"En empresas como WalMart, Microsoft o Google la valoración de la producción cultural, la satisfacción de necesidades humanas, la creación de empleos y salarios están subordinados al aumento concentrado de las ganancias", apuntó.
Los jóvenes creadores, prosiguió, se habitúan a la precariedad: a trabajar en proyectos de corta duración, frágiles e inciertos.
"La pregunta es qué están expresando de lo que sucede en la sociedad, de lo que sucede en una economía de la precariedad que trabaja por proyectos, con una discontinuidad incesante y donde lo que tiene la duración, como las caras de la política que permanecen seis décadas, ofrecen menos expectativas, menos participación, menos interés".
La crítica desde el arte recurre, por ejemplo, al performance o utiliza las redes sociales, como lo hizo en México #YoSoy132. Pero es una crítica efímera e inestable, advirtió.
"¿Qué sociedad es ésta que no sólo genera movimientos de corta duración y eficacia restringida, sino qué (además) es una sociedad presentista, sin visión de futuro, en muchos casos ni de pasado?, ¿qué le impide tener memoria y proyectarse de aquí a diez años aunque sea?", cuestionó.
