Crean títeres arqueólogos
Yanireth Israde
Cd. de México (03 abril 2015) .-00:00 hrs
"Que por favor no se extingan las ranas", pide una niña frente a la cámara, micrófono de unicel en mano. Es reportera de una primaria vecina de la zona arqueológica de Teotihuacán, y sus indagaciones sobre la glotonería de la mancha urbana, ávida de coyotes y lagartijas, además de ranas que desaparecen del paisaje, la desasosiegan.
La niña participa en el noticiario "Los Reporteros del INAH", conducido por el títere Beto Vozinah y un equipo de marionetas que divulgan en los salones de clase las investigaciones de los especialistas del Instituto.
La reportera Kelly Importa, por ejemplo, detalla cuánto medían los teotihuacanos y cómo eran, mientras el reportero Opuntio Espinoza un nopal con tunas rojas documenta el avance de la mancha urbana sobre la Ciudad de los Dioses.
Era una metrópoli de más de 22 kilómetros cuadrados: dos de ellos corresponden al territorio resguardado por el INAH, donde se levantan las pirámides del Sol y la Luna; la otra porción desaparece paulatinamente. Para el año 2030 se estima la pérdida de más del 85 por ciento de la ciudad arqueológica.
"Mientras las autoridades se ocupan de salvaguardar los terrenos de alto potencial arqueológico, nosotros propusimos hacer una cruzada educativa", explica el arqueólogo Jaime Delgado, director del proyecto, que alista para junio su tercera temporada en 22 escuelas.
Un set de televisión se instala en las aulas para transmitir el noticiario multimedia, que además de títeres reporteros convoca a niños para averiguar las circunstancias de su entorno. Habitan en poblados de San Juan Teotihuacán y San Martín de las Pirámides, ambos en la poligonal de protección de la zona arqueológica.
"Lo niños pensaban, aún piensan, que los hallazgos cotidianos en sus casas a la hora de construir son de gente que vivió en aldeas alejadas", expone Delgado.
Un diagnóstico realizado por sociólogos de la UNAM reveló que los estudiantes de las poblaciones cercanas confunden a los teotihuacanos con los mayas, los aztecas y los olmecas, una distorsión detectada también entre sus maestros.
"Son por eso nuestro público objetivo. Queremos que reflexionen acerca de lo que sus padres hacen cuando ponen cimientos o una excavación, porque se topan con la ciudad enterrada. Pretendemos que estos niños sean críticos, reflexivos, valoren esos vestigios, le digan al INAH que están encontrado algo", añade el especialista, cuyo equipo para este proyecto reúne a una socióloga, un biólogo, dos pedagogos, un artista escénico, un dibujante y un diseñador.
De acuerdo con encuestas aplicadas tras la transmisión del noticiario, los niños retienen en un 80 por ciento los mensajes contenidos en las cápsulas.
¿Dónde iban al baño?
El proyecto titiritesco "Los reporteros del INAH" ha realizado nueve cápsulas informativas, una de las cuales se llama "Cacaclismo".
Las producciones responden a preocupaciones y preguntas de los niños como ¿se enamoraban los teotihuacanos? ¿tenían mascotas? ¿dónde iban al baño?.
La que responde a la última inquietud cuenta con la participación del historiador Alfredo López Austin, quien informa que los mexicas defecaban en canoas y usaban las heces como abono. Incluso tenían una diosa del excremento: tlazoltéotl.