Crea fotos desde la nada
Jorge Ricardo
Cd. de México (08 enero 2015) .-00:00 hrs
Las etiquetas dicen: nitrato de plata, cloruro de cianuro, ferricianuro de potasio, citrato de sodio, colodión seco, goma arábiga. Las botellas son negras, color miel o transparentes. Hay cámaras viejas sobre una mesa. María Callas canta en una esquina. En otra, un hombre de cabello y barba gris insiste: "Estos procesos son del siglo 19, pero siempre hay alguien que los hace".
Se llama Arturo Talavera Negrete y dirige el Taller panóptico, un curso sobre fotografía estenopeica y técnicas de revelado del siglo 19. Mientras todo mundo busca el celular más moderno, él camina por vida con un celular viejo que parece un trozo de plástico, y con cajas de cartón con agujero de aguja o estenopo.
"No me interesa una cámara que pueda hacer 10 mil disparos en un segundo", dice, "me interesan las cosas únicas, siento que eso es lo que una obra de arte".
Desde la entrada al callejón de San Ignacio, cerca del Eje Central, se ve la Torre Latinoamericana. La puerta del número 45 tiene un rótulo: "Atelier" (taller, en francés). Cada fin de semana Talavera instruye aquí en la creación de daguerrotipos, el primer procedimiento de revelado fotográfico de 1839: impresiones en láminas de cobre plateado, con ayuda de mercurio calentado y cloruro de oro. También de colodión húmedo, de 1849: revelados sobre placas de vidrio, y otras técnicas como el platino, paladio y kalitpia, fotograbado en polímero e impresión al carbón.
Talavera, un veracruzano de 50 años, ve la fotografía digital como un callejón sin salida. "Su único objetivo es cuántos disparados por segundo se pueden hacer y más megapíxeles, ¿pero qué importancia tiene una foto si de esa misma puedes tener miles?".
Cada vez más los artistas y coleccionistas, añade, vuelven a los revelados antiguos, que con su mezcla de libertad y de azar crean obras únicas. "Una fotografía es uno de los pocos actos de libertad que quedan. Nadie te dice qué ver ni en qué momento disparar ni qué ver exactamente y al momento de hacer clic capturas ese instante, la cantidad de luz, de aire. Ninguna foto es igual a otra, porque ningún revelado manual es igual a otro".
Talavera ha comenzado también a producir sus propios químicos, como el colodión, que antes debían importarse desde Estados Unidos, para imprimir sobre metal o sobre vidrio. Su taller, donde el siglo 19 amenaza con reinstalarse, reiniciará actividades para el público en general a mediados de enero. Ahí también enseña cine experimental y a hacer cámaras estenopeicas en cajas de chicles y de cerillos. "El milagro de todo esto es que estás creando algo desde la nada", dice Talavera.