OPINIÓN
Francisco Javier González EN REFORMA
MIN SEG
Pese a las fechas, el futbol debe sufrir insomnios terribles.
El ya agonizante 2011 está marcado por haber sido el año de la corrupción en el futbol mundial. La FIFA se envolvió en tremendas acusaciones internas encabezadas por Mohammed Bin Hamman y nuestro viejo tío Jack Warner, hoy expulsados del organismo tras denunciar prácticas de soborno antes de las elecciones de medio año.
Karl Heinz Rummenigge, presidente de la Asociación de clubes europeos -creada en 2008- espera las resoluciones de FIFA y UEFA sobre las demandas realizadas por los equipos representados: reducir los calendarios de juegos de selección para afectar menos a los clubes, evitar en julio y agosto cualquier partido internacional, compensar con 55 millones de euros a los equipos que cedan elementos para la Euro de Polonia y Ucrania, y en general respetar las decisiones de quienes pagan los sueldos de los futbolistas.
La postura de este organismo del que posiblemente se haya escuchado poco amenaza ser radical: o FIFA y UEFA se sientan a negociar seriamente, o los clubes europeos dejan de reconocer su autoridad y organizan su propia Champions fuera de la Unión Europea, dado que "ellos necesitan más de los clubes que nosotros de ellos porque somos quienes tenemos los contratos laborales en la mano".
Además de estos temas que en los primeros días de enero tendrán que saber la postura de las partes, 2011 fue el año en que no sólo se descubrió, sino que se sometió a juicio y encarceló a varios integrantes de una red internacional de apuestas que arregló partidos de futbol en varias ligas profesionales -Italia la mas célebre de ellas para variar- en un número que supera los 300. Hay mucha gente suelta todavía.
La UEFA ha celebrado ya un contrato con la Interpol a fin de que monitoreé todos los partidos posibles en que haya comportamiento irregular coincidente con la tendencia de las apuestas durante su desarrollo. Es decir, que si en un juego hay movimientos inesperados en situaciones que coincidan con grandes montos que apostaban a favor de ello, se tiene que abrir una investigación.
La parte sana del futbol espera al 9 de enero para saber si Messi, Xavi o Cristiano Ronaldo ganan el balón de oro de France Football. En México se sigue celebrando el título de los Tigres y se alista la nueva campaña.
No hay que barrer sin embargo las colillas hacia debajo de la alfombra. El futbol tiene que hacer sus cuentas y ser menos pasivo de lo que es hasta hoy porque tiene miembros gangrenados.
Los pagarés firmados con líneas torcidas hay que liquidarlos cuanto antes. No sea que los intereses -de todo tipo- terminen embargándolo.
fjgonzalez@reforma.com