ANDAR Y VER / Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA
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En enero de 1904, Franz Kafka describía en una carta dirigida a su amigo Oskar Pollak los libros que merecen ser leídos. Decía: "Si el libro que leemos no nos despierta como un puño que nos golpeara en el cráneo, ¿para qué lo leemos? ¿Para que nos haga felices? Dios mío, también seríamos felices si no tuviéramos libros, y podríamos, si fuera necesario, escribir nosotros mismos los libros que nos hagan felices. Lo que necesitamos son libros que nos golpeen como una desgracia dolorosa, como la muerte de alguien a quien queríamos más que a nosotros mismos, libros que nos hagan sentir desterrados a las junglas más remotas, lejos de toda presencia humana, algo semejante al suicidio. Un libro debe ser un hacha que quiebre el mar helado que tenemos dentro. Eso es lo que creo." Encuentro este fragmento en el nuevo libro de Rob Riemen que pretende ser, a su modo, esa espada que quiebra el hielo interior de nuestra era.
Estudió Derecho en la UNAM y Ciencia Política en la Universidad de Columbia. Es profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey. Ha publicado El antiguo régimen y la transición en México y La idiotez de lo perfecto. De sus columnas en la sección cultural de Reforma han aparecido dos cuadernos de Andar y ver.