Los números no mienten, pero cuentan dos historias muy distintas. Por un lado, el presidente goza de un nivel de aprobación sin precedente; un indicador paralelo, el de la confianza del consumidor, alcanza cifras no vistas en casi dos décadas. Lo paradójico es que estas cifras no guardan relación con el consumo, que disminuye tanto en automóviles como en las ventas en general. El entusiasmo que manifiesta la ciudadanía no es producto de una mejoría en su situación personal, sino en su percepción del presidente y en las expectativas que éste ha generado. Por otro lado, el índice de confianza empresarial, del INEGI, entró en terreno negativo en enero, en tanto que 75% de los inversionistas considera que el país está en condiciones peores que hace un año. La gran pregunta es si estos dos grupos de personas viven en el mismo país.
Presidente de México Evalúa-CIDAC, institución independiente de investigación. Fue presidente de la asociación de estudiosos de riesgo político y miembro de la CDHDF. Recibió el Premio Dag Hammarksjold (93) y el Nacional de Periodismo (98). Entre sus libros están Un mundo de oportunidades y El Dilema de México: los orígenes políticos de la crisis económica. Es doctor en ciencia política y tiene especialización en administración financiera.